“Como agua para chocolate”
La novela “Como agua para chocolate” contiene un conjunto de siete
capítulos en los se relata la historia de una mujer llamada Tita quien tiene
una pasión inmensa y una destreza indiscutible hacia el ámbito culinario
mexicano, gracias a las enseñanzas que por años Nacha; la cocinera del rancho
donde se desenvuelve la trama, le inculca a la protagonista.
Aparentemente es
un libro un poco atractivo al publico juvenil debido a que su título no es muy
llamativo; sin embargo, conforme se le va dando lectura hace que el lector no
pueda desprenderse de ella. Un aspecto de originalidad de este libro es el
nombre de los capítulos y el comienzo de estos, pues representan una receta
culinaria y el mes en que están transcurriendo los hechos.
En el primer
capitulo “Tortas de Navidad”, se narra cómo fue el nacimiento de Tita y sus
primeros años, claramente se puede observar que su crianza no fue por su madre
“Mamá Nela” sino por Nacha, quien la alimento y la cuido, mientras la madre
biológica superaba la enorme depresión que sentía por la pérdida de su marido.
Por esta razón, se creó un lazo inquebrantable entre estas dos, pareciese que
la verdadera madre de Tita era Nacha.
Mamá Nela tenia
dos hijas más: Rosaura y Gertrudis, siendo la menor entre ellas Tita, a pesar
de que no estaban muy separadas por edad, eran muy diferentes entre sí, ya que,
su forma de ser era muy distinta, sobre todo la de Rosaura y Tita, lo cual
provocó una rivalidad entre estas desde muy pequeñas que fue creciendo con el
paso de los años.
Tita con el paso
del tiempo cada día se sentía más desdichada, puesto que, creía que su madre no
la quería y que su nica compañera era Nacha, hasta que conoció al joven Pedro
Muzquiz, un joven que conoció tiempo atrás y de quien se enamoró profundamente
de él a su corta edad de 15 años. El amor era mutuo, tanto así que el joven
acompañado de su padre, fue a pedir la mano de Tita, tristemente le dieron la
mano, pero de la hermana de su amada, Rosaura y todo por una tonta costumbre
que se tenia en aquellos años; las hijas menores no se podían casar porque
debían cuidar de su madre en su vejez.
Esto provocó en
Tita una profunda tristeza y amargura, pues no podía creer que su madre no
accediera a que se casara ella, pero su hermana si podía hacerlo y con el
hombre que ella amaba. Esta es una de las partes más triste de la novela y que
causan un enorme conflicto dejando ciertas cuestiones la mente: ¿Cómo es
posible que una madre permita tanto daño a su hija? ¿Por qué Pedro accedió
casarse con Rosaura, sí a la que realmente quiere es a Tita?...
Preguntas que no
se pueden contestar con la lógica actual, pues en tiempos pasados las
costumbres cobraban un gran peso en la sociedad, mientras que el matrimonio y
la procreación de hijos, más que un asunto amoroso, era una demostración de
hombría y de herencia.
Tita además de
tener que asistir a la boda, le tocó preparar todos los alimentos junto con
Nacha, aun cuando sentía un profundo dolor en el pecho, no hizo ninguna
demostración al publico por no hacer sentir mal a su hermana y más que nada por
ordenes de su madre. Ya nada fue lo mismo después de ese día, cada día la
depresión y la soledad la invadía cada vez más, pues aparte de eso tenía que
lidiar con el duelo del fallecimiento de su única compañera Nacha.
No obstante, este
no fue un motivo para que Tita se rindiera, con el fallecimiento de Nacha la
nombraron la cocinera oficial del rancho donde podía desempeñar su pasión por
la cocina y ver casualmente a Pedro y en ocasiones dirigirse algunas palabras
entre sí. La huida tan insólita y liberal de Gertrudis con un fuerte y apuesto
villista, provocó una inspiración en Tita quien hizo de la comida un lenguaje
de amor con su amado.
Para el mes de
abril, Rosaura estaba a días de aliviarse y quien tuvo que efectuar la labor de
parto fue Tita quien lo hizo excepcionalmente, aun cuando sus conocimientos del
tema eran escasos. Lo más especial es que Tita amaba al bebé de su hermana como
su propio hijo, tanto así que en sus primeros días de vida ella se encargó de
alimentarlo porque Rosaura estaba demasiado débil por el parto que había
tenido; no obstante, con la partida de su cuñado y su hermana de la casa ella
su soledad estaba en aumento y cuando supo de la pérdida del bebé, se desvaneció
poco a poco su pasión por la comida, pero fue un motivo para llenarse de
valentía y revelarse contra su madre.
Al momento de
hacer eso, fue inevitablemente que Mamá Nela no la reprendiera, castigándola en
un cuartucho obscuro, Tita a partir de ahí sintió más dolor en su alma tanto
que no pudo hablar ni salir de ese lugar al día siguiente, suficiente razón
para que pensaran que estaba loca Chencha (la servidumbre del hogar) y la
mandaran a un manicomio de por vida con el doctor John a E.U. No obstante, fue
todo lo contrario pues el manicomio se convirtió en el hogar del doctor quien
con mucho esfuerzo y amor logró que Tita regresará sus fuerzas y pusiera sus
ojos en él para que se convirtiera en su marido dejando atrás su vida pasada.
Pero, días después la vida dio un giro de 180º y Tita tuvo que regresar al
rancho a cuidar a Mamá Nela, ya que, por circunstancias lamentables se había
quedado en estado inmóvil, no pasó mucho tiempo para que esta falleciera y se
descubriera la verdad detrás de su amargura, lo cual provocó la compasión en
Tita hacia su madre difunta.
Días después el
doctor John Brown viajó a E.U., para traer a Piedras Negras a su única tía que
le quedaba viva y quien quería que presenciara su boda con Tita, sin saber que
al regresar estaría en peligro su apreciable boda, ya que su amada estaba
confundida porque de nueva cuenta su primer amor había tocado su puerta y esta
vez ni su madre o su hermana Rosaura podían impedírselo, pues también murió.
Tuvieron que pasar
22 años para que la hoguera de ese gran amor entre Pedro y Tita se encendiera y
quemara todos los malos recuerdos del rancho.
Recordó en ese instante las palabras que algún día
John le había dicho: Si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos
los cerillos que llevamos en nuestro interior de un solo golpe, se produce un
resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos ver normalmente, y
entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso y que muestra el
camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro
perdido origen divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene,
dejando al cuerpo inerte.
Tita logró
regresar a la vida después del encuentro con la luz del túnel, pero se
arrepintió al ver que Pedro había decidido ir hacia esa luz, así que, sin
pensarlo dos veces consumió grandes proporciones de fósforo para suicidarse y
rencontrarse con su verdadero amor en otro mundo, lejos de todo y de todos.
En general, es una
novela que combina lo tradicional de México en sus exquisitos platillos
formando un recetario y relatando de forma casual la situación revolucionaria
del país, pero sin quitar el protagonismo a esta romántica historia de amor
prohibida.
Trabajos citados
Esquivel, L. (1989). Como agua para chocolate.
Ciudad de México: DE BOLSILLO.
INBA. (5 de noviembre de 2019). Enciclopedia
de la literatura en México. Obtenido de http://www.elem.mx/autor/datos/1538
Me gusto mucho los suceso que se muestran tras pasar los meses, los platillos y el sabor de las comidas se relacionan con las estaciones del tiempo♡
ResponderBorrarQue buena reseña escribiste, con tus palabras me dieron ganas de darle lectura a ese libro de inmediato, felicidades
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